La veía cerca, quería alcanzarla y no podía. Sólo necesitaba un poco de valor, esa valentía que nunca conseguía sacar, pero esta vez lo haría.
No se lo pensó mucho. Sabía que si reflexionaba sobre ello no lo haría, y quería. Estaba harto de ver cómo las cosas que deseaba se le escapaban de las manos, de tal modo, que parecía que las tuviese enjabonadas constantemente.
Le habían pinchado su burbuja con una aguja demasiado larga. Tanto era así que le había perforado en lo más hondo de su ser. Por fin tenía los pies en la tierra, no en su mundo de fantasía. Tal vez fuese lo mejor, tal vez no. El caso es que él prefería su "otra realidad" a la visible. No le gustaba su entorno, su mundo. Tenía que cambiar.
El acantilado que tenía en frente sería el que le ayudaría a dar el paso, a volver a la fantasía. Le gustaba ese sitio, era el marco de su infancia. Había pasado miles de horas allí, junto al mar, solo. Y después, con ella. Sintiéndola cada vez más cerca.
Se tumbó en una roca, su roca. Miró hacia el cielo que seguía tan azul como siempre. Por momentos pensó que la tierra se había parado. Las nubes no se movían deformándose y el sol se mantenía en su sitio, imponente. Se sintió observado por el universo y escuchó a su corazón. Pedía a gritos el alivio de su sufrimiento.
La anelaba. Quería tocarla, pero no podía. Finalmente se levantó, decidido a verse cara a cara con ella una vez más. Dio un paso. Otro. Se paró y notó como una lágrima suicida descendía por su tez hasta el mar. Un millar más la acompañaron solidariamente. Era el momento. Tenía público, la naturaleza, y no iba a desaprovechar la oportunidad.
Saltó.
En la caída sintió cómo su cuerpo se desprendía de su espíritu, y éste, rozaba el mar. Nadaba, contemplando el maravilloso paisaje submarino en el que se hallaba. Siguió descendiendo hasta que sus ojos dejaron de ver con claridad, y de repente, apreció una luz. Era ella. Volvía a reunirse con su amada. Le estaba esperando tumbada en el fondo, con su hermoso pelo largo, desnuda y cubierta de algas.
Había recuperado su amor, su fantasía, la chica que le hacía feliz antes de que se marchase sin decir adiós. Ella murió por amor. Él se alió con la muerte, y con su ayuda, tuvo su anelado reencuentro.
Escrito por Alguien que quiere ser recordada a las 11 de Marzo 2004 a las 12:30 AMUna historia preciosa... genial
¿De donde es esa foto?
Me huele a mi tierra... casi siento el olor del mar...
Es Asturias. ;)
Siento ser tan escueta, pero hoy me he quedado sin habla.
muy bonita la historia.el protagonista me recuerda un poco a mi en muchas cosas..desgraciadamente...aunque no creo que mi historia termine como la suya!!
esa foto me ha recordado a mi playa en Asturias.Se llama Torimbia y es perfecta.
Un beso a todos.
Como quize ser el papel, para no sentir lo sensible, y no saber mi ruptura, un dia conoci, un dia respire, un dia logre ver, y tu tambien puedes, escapar.
arbol, agua, cosas, vida. Como no comprender el conocimiento popular, mas un niño lo logra, oh me equivoco. Como hacerte ver lo derivado de estas cosas. y luego el existe.
Escrito por Lester B. a las 25 de Mayo 2004 a las 05:21 AMmomentos de desconexion....tal vez....
estado completamente distorsionado
alivio al fin,,,
no es todo tan grave...
a veces hay q dejar de pensar, y vivir... pq' sino lo q se te va ir enjabonada de las manos es la vida o, peor aun, la vitalidad.
vivi un poco- no pienses, pq' si lo haces te van a dar ganas de matarte!
Escrito por moni a las 29 de Agosto 2004 a las 03:10 AMde verdad pensas que hay algo despues de la muerte?
Escrito por maru a las 29 de Agosto 2004 a las 03:13 AM