Esta es una paranoia que se me ocurrió en uno de mis momentos de "aislamiento". El lenguaje es muy distinto al que uso. No he podido plasmar la rapidez en que lo dice.
Pensamientos de una descontrolada:
Estoy hasta la polla, quiero irme de aquí. Quiero salir corriendo, y no puedo. ¡Joder! Veo dos charcos en el suelo, es calimocho, parece sangre. ¡Sangre! Las marcas de dos a los que mataron posiblemente. O alguien que se suicidó ahí en medio, cortándose las venas. ¡Sangre! Odio, dolor. Quiero saborearla. Está frío el suelo, y tengo ceniza en la boca. Soy como una perra bebiendo agua en un enorme cuenco. La gente me mira. ¿Acaso no han visto a nadie bebiendo calimocho? Voy a seguir lamiendo el suelo, notar la piedra helada con mi lengua es una sensación bestial. Me estoy acercando a la pared, tengo que tener cuidado. El sabor ahora es amargo. Es una meada. ¡Qué morbo! Estoy cachondísima y podría imaginar que es una lluvia dorada. Voy a parar. Quiero ver hombres pasar, montones de chicos. Me da igual como sean. Me los follaría a todos. Quiero tocarme. ¡Hum! Cada vez estoy más a 100. ¡Ese me está mirando! ¿Le saco la lengua a ver qué cara pone? Jeje, se ríe. ¡Ostia! ¡Un grafitti! ¡Yo quiero ser graffiti! Voy a pegarme a la pared para ser graffiti. ¿Qué le pasa a ese? ¿No ha visto un grafitti nunca? Voy a andar, a ver si veo más. Uff, ¡qué viento hace! Como molaría ser viento. ¡Qué wapo extender los brazos! Yo quiero volar, podría intentarlo. Seguro que detrás de esa barandilla ahi un hueco. Voy a asomarme. Jejeje, casi me caigo. Hay otro piso abajo, pero tengo espacio. ¡Qué alta está la barandilla! A ver, los brazos abiertos. 1, 2 y... 3. ¡Estoy volando! ¡Aaaah! Mi cabeza. ¡Me he quedado ciega! Quiero seguir volando, ¡Joder! ¡Coño, que floto! Pero, ¿qué es esa luz que hay a lo lejos?
"El tiempo no es sino la corriente en la que estoy pescando." Thoreau.
Miles de partes resquebrajadas. He vendido mi alma al demonio y me dejo llevar. Un camino oscuro hacia la muerte. Turbio. Lánguido. La corriente me impulsa, no quiero, pero ella me hace llegar hasta el final: una catarata de sentimientos, deseos, sueños, donde todo va a parar a un abismo. Es el límite de mi dimensión. Pasando a ser un mundo visible, un cuerpo sin forma. Sólo materia. Una materia arrastrada hacia el dolor, el sufrimiento y más gente. Circulos, y más círculos. Elipses que vuelven al principio, se entrelazan entre ellas. Para llegar a un punto donde nada es cierto. Una mentira. Algo tan grande y a la vez tan pequeño, cubierto por una espesa bruma que poco deja ver. Puedes notar el hedor, apartarlo con tus manos, como cortinas. Y pretendiendo ver la luz, deprimirte, sumergirte de nuevo en el agujero negro de tu mente. No hay un camino correcto, no hay un camino erróneo. Sólo un camino. La vida es una fuerte tempestad. Lluvias de ideas, sensaciones que dan a un mar de tristezas y alegrías que no para de moverse. Divagando por lo más oculto de tu ser. Velas tenues que se apagan, se marchitan como rosas secas. Llenas de espinas. Una belleza tan remota que sólo puedes ver, mas no palparla, y aún menos sentirla. Miles de ideas rondan por mi cabeza en una mente caótica y anárquica, incierta. Puede que sea mejor conformarse diciendo que es síntoma de adolescencia.
NUNCA ES SUFICIENTE.